Dios no acepta cualquier ofrenda

“Dios envió a David este mensaje…: “Constrúyeme un altar en el lugar donde Arauna limpia el trigo”. David obedeció el mensaje de Dios… Cuando Arauna vio que el rey se acercaba… le dijo: — ¿A qué debo que Su Majestad venga a verme?… David le contestó: —He venido a comprarte el lugar donde limpias el trigo. Quiero construir allí un altar para Dios… Arauna le contestó: —Su Majestad, todo lo que tengo es suyo. Presente las ofrendas a Dios, y yo le daré los toros para el sacrificio… Deseo que Dios acepte lo que usted le ofrezca. —Te lo agradezco —dijo David—, pero yo no puedo ofrecerle a Dios algo que no me haya costado nada. Así que yo te pagaré todo lo que me des. David le dio a Arauna cincuenta monedas de plata por el terreno y por los toros, y construyó allí un altar para Dios… Y Dios escuchó sus ruegos y detuvo el castigo…”, 2º Samuel 24:16-25 (TLA).

David no quiso ofrecer a Dios algo que no le hubiese costado. Sabía que una ofrenda sin sacrificio no es verdadera adoración. Abraham conocía este principio espiritual: “Quédense aquí con el burro —dijo Abraham a los siervos—. El muchacho y yo seguiremos un poco más adelante. Allí adoraremos”, Génesis 22:5 (NTV). Ana, la mamá de Samuel, también practicaba la ofrenda de sacrificio: “Y Ana… crió a su hijo hasta que lo destetó. Después, lo llevó con ella a la casa del Señor…, el niño fue llevado a Elí. Y ella le dijo: “Yo soy aquella mujer que estuvo aquí, junto a ti, orando al Señor. Oraba por este niño, y el Señor me lo concedió. He venido porque prometí dedicarlo al Señor para toda la vida. ¡Para siempre será del Señor!”. Y allí adoró al Señor”, 1º Samuel 1:23-28 (RVC).

¡Si no te cuesta, no es adoración! Solemos decir en el culto: “vinimos a adorar” y a veces lo único que le ofrecemos a Dios son canciones apáticas, sin pasión. Cuando los líderes pedimos que la gente entregue al Señor una ‘horita’ semanal para un encuentro en grupos pequeños, sin quererlo, deshonramos a Dios. Dios se merece más que una ‘horita’. Él es digno de recibir lo mejor. ¡No especules con el tiempo o el servicio que le das a Dios! Dale algo mejor que tu servicio desganado o a reglamento. Dios no es un mendigo que se agrada de cualquier ofrenda o que aprecia cualquier servicio como si fuera un favor que le hacemos. Dios no necesita nuestros favores.

Dios no acepta cualquier cosa que le damos. Cuántas veces oído en las iglesias: “si usted está por primera vez no se sienta en la obligación de darle a Dios”. ¡Noooo! Siéntase con la carga de darle y de darle lo mejor. Otra frase muy conocida es: “si usted no tiene para ofrendar no se haga problema, oraremos para que sea prosperado”. Nadie es tan pobre como para no darle algo a Dios.

Según la Biblia nuestro servicio es una ofrenda: “Ustedes confían en Dios y le sirven, y eso es como si le presentaran una ofrenda”, Filipenses 2:17 (TLA). Pecamos cuando le ofrecemos a Dios cosas que no nos cuestan o cuando le servimos de mala gana o buscando algún interés personal: “Ustedes dicen: “Es demasiado difícil servir al SEÑOR”, dice el SEÑOR”, Malaquías 1:13 (NTV).

Los líderes ofendemos al Señor cuando damos la falsa imagen de que Él acepta cualquier servicio u ofrenda. Decimos: “es mejor que nada” y dejamos que cada quien deshonre a Dios según le plazca. Mucha gente le da a sus ídolos lo que nosotros no le damos al Señor: algunos caminan cuarenta kilómetros para un sacrificio y nosotros no estamos dispuestos a cruzar la calle para pastorear una vida. No hagas las cosas con desgano y apatía. Romanos 12:1 dice: “Entreguen toda su vida como sacrifico vivo a Dios… Esa ofrenda que es su vida debe estar dedicada solamente a Dios para poder agradarle. Esta clase de adoración es la que realmente tiene sentido”, PDT.

Adoración irreverente

“¡Yo soy su Padre y su Amo, y sin embargo ustedes los sacerdotes no me respetan! ¡Me tratan como si no valiera nada!”… Malaquías 1:6 (TLA). “Mostraron su desprecio al ofrecer sacrificios contaminados sobre mi altar… Cuando ofrecen animales ciegos como sacrificio, ¿acaso no está mal? ¿Y no está mal también ofrecer animales lisiados y enfermos? ¡Intenten dar este tipo de regalos al gobernador y vean qué contento se pone!, dice el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales. ¡Adelante, supliquen a Dios que sea misericordioso con ustedes! Pero cuando llevan esa clase de ofrendas a él, ¿por qué debería tratarlos bien?, pregunta el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales… No estoy nada contento con ustedes —dice el SEÑOR…— y no aceptaré sus ofrendas”, Malaquías 1:7-10 (NTV).

Los animales que se ofrendaban a Dios debían ser sin defectos; sin embargo, ellos traían el ciego, el cojo y el que no podían vender. Habrán pensado: “esto es mejor que nada”. Sin embargo Dios dijo: “no aceptaré sus ofrendas”, Malaquías 1:10 (NTV). Cuando damos algo calmamos nuestra conciencia, pero eso no significa que hemos hecho bien. Puedes dar a la iglesia ropas, muebles o cosas usadas para hacer obras de misericordia pero nunca des eso como una ofrenda a Dios porque es deshonra. Proverbios 3:9 dice: “Honra al SEÑOR con tus riquezas y con lo mejor de todo lo que produces”, NTV.

Nunca nos enseñaron que hay ofrendas que Dios no acepta. Para el Señor tiene que ser lo primero y lo mejor. Ese fue el pecado de Elí y sus hijos. Ellos se quedaban con lo mejor de las ofrendas que eran para Dios: “Tú les das más importancia a tus hijos que a mí. Ellos están cada día más gordos, porque se quedan con lo mejor de las ofrendas que el pueblo me trae”, 1º Samuel 2:29 (TLA).

Saúl hizo lo mismo. Permitió que lo mejor del botín se repartiera entre el pueblo. No parecía tan malo, al fin y al cabo tenía un buen destino. Pero las cosas no pueden hacerse a nuestra manera. Lo que es de Dios debe ser para Dios y no puede tener ninguna otra finalidad, por muy buena que parezca. Jesús dijo que había que darle a Dios lo que era de Dios, Mateo 22:21. No está bien tomar el diezmo para hacer un viaje o construir la casa, eso hizo Acan (tomó el botín para él). No está bien tomar el dinero de Dios y hacer obras de caridad, tampoco es para darlo a los pobres. El diablo te dirá: “en ningún otro lugar puede estar mejor invertido tu dinero”. No aceptes ningún razonamiento. Si quieres hacer obras de caridad hazlas con el dinero que te queda después de haber sacado el diezmo y las ofrendas. Lo que es de Dios debe ser para Dios y cualquier otro destino es pura irreverencia. 

¿Por qué razón rechazó Dios la ofrenda de Caín? ¿Por qué aceptó la de su hermano Abel y no la suya? No existe ningún texto que diga que la ofrenda de Caín fuera mala. Observa el siguiente pasaje: “Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda”, Génesis 4:1-4.

“Andando el tiempo” Caín reaccionó. ¿Cuándo reac-cionó? Cuando Abel trajo su ofrenda. El problema de Caín no era su ofrenda sino el tiempo en que la presentó. Caín se retrasó en traer su sacrificio u ofrenda a Dios. Cuando Dios pide alguna cosa hay que dársela inmediatamente; no es cuando yo quiero sino cuando Dios la pide. Hemos estado atados a la maldición de darle a Dios tarde, cuando nosotros queremos o decidimos hacerlo. Con Abel no dice “andando el tiempo”; dice que trajo lo primero y lo mejor. Caín ofrenda cuando quiere y de lo que le sobra; Abel da primero y da lo mejor.

Dios merece honra, respeto y reverencia. Dios no acepta limosnas. Lo primero nunca va a la cuenta del hombre, siempre va a la tesorería del Señor: “Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas”, Proverbios 3:9 (PDT). Todo es cuestión de orden. Lo que se haga con lo primero determina lo que pasará con el resto. Si Él es primero, todo lo demás lleva bendición.

Tomar la firme decisión de honrar a Dios en cada área de tu vida. Él merece todo respeto y toda gloria.

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