Portadores de su Presencia

David y los ancianos de Israel junto con los generales del ejército fueron a la casa de Obed-edom para trasladar el arca del pacto del SEÑOR a Jerusalén con gran celebración”, 1º Crónicas 15:25 (NTV).

¿Quiénes fueron a buscar el arca de la presencia de Dios? Los líderes. Las personas correctas deben traer el arca. Cuando los líderes no buscan la presencia de Dios, el pueblo no lo hará. Elí deshonró a Dios y Dios se marchó con su presencia. David honró a Dios y toda la nación fue bendecida. La bendición que llegó ‘de repente’ en el aposento alto fue precedida por líderes que buscaron el rostro del Señor por más de diez días. ¡Si el líder no busca la presencia de Dios, la iglesia no la tendrá!

Traer la presencia de Dios es responsabilidad de los líderes y esta tarea es indelegable.

“Entonces Salomón reunió ante sí, en Jerusalén, a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los principales de las familias de los hijos de Israel, para traer el Arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, que es Sion… Cuando llegaron todos los ancianos de Israel, los sacerdotes levantaron el Arca, y trasladaron el Arca de Jehová…”, 1º Reyes 8:1-4 (DHH).

Salomón, el hijo de David, hizo exactamente lo mismo que vio hacer a su padre. Convocó a todos los líderes para traer el arca. Salomón no estuvo cuando su padre transportó el arca, pero David se encargó de enseñarle cómo hacer las cosas a la manera de Dios.

¿Qué debe hacer un líder? ¿Qué resulta indelegable e insustituible?

1. Tener un encuentro con Dios. 

El líder debe tener su encuentro diario con Dios. Debe ser un APASIONADO POR SU PRESENCIA. Los líderes son los responsables de que la presencia de Dios fluya en la iglesia. Deben ser los primeros en cultivar una relación de amor con Dios cada día en la ‘carpa del encuentro’. Este tiempo diario con Dios es indispensable e irreemplazable. Deben ser los mejores adoradores. No te conformes con leer el devocional, busca más. Debes tener hambre por su presencia. Desgraciadamente se ha delegado la responsabilidad de traer el arca en manos de los músicos o el ministerio de alabanza. Los pastores y líderes desayunan mientras los músicos ‘hacen su trabajo’. Por eso tú puedes ver que los predicadores llegan minutos antes de tomar el púlpito. ¿Dónde estaban durante la adoración? Tomando café en la oficina pastoral. Su actitud refleja soberbia y desprecio hacia la presencia de Dios que se manifiesta en medio de las alabanzas de su pueblo; para ellos la predicación es más importante que la adoración. Y así hace la gente, llega cuando quiere, porque le han enseñado por medio del ejemplo que el tiempo de la alabanza es menos importante que el de la predicación. ¡Pura irreverencia!

2. Llevar a su rebaño a un encuentro con Dios. 

“Moisés llevó a la multitud fuera del campamento para encontrarse con Dios”, Éxodo 19:17 (NTV). “Exactamente dos meses después de haber salido de Egipto, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí… y acamparon al pie del monte Sinaí”, Éxodo 19:1-2 (NTV). Dos meses después de salir de Egipto Moisés llevó a su pueblo al mismo lugar donde Él había tenido su encuentro con Dios. La responsabilidad del líder no es hablar solamente de su experiencia con Dios sino, llevar al pueblo para que tenga su propio encuentro con Dios.

3. Amar a la iglesia. 

La presencia de Dios se asocia con el arca, hoy la iglesia. El líder conforme al corazón de Dios le da un lugar de importancia a la iglesia. En cambio, si el líder descuida la comunión, sirve a medias, critica y conta-mina a los demás, estará dando un ejemplo negativo. Los líderes deben amar la iglesia y llevar a sus seguidores a hacer lo mismo. Observa cómo actuó David, él se despojó de sus vestiduras para adorar con regocijo a Dios. El líder principal fue el primer adorador. Tal actitud le valió el desprecio de su esposa Mical, pero a David no le importó porque sabía que lo hacía para agradar a Dios, 2º Samuel 6:21 (NVI). Elí deshonró a Dios y sus hijos fueron unos inmorales. Abinadab fue indiferente con Dios y su hijo Uza fue irreverente con el arca. Saúl gobernó sin el arca y su hija Mical despreció al hombre que traía la presencia de Dios a toda la nación. Obed-edom respetó el arca y sus sesenta y dos hijos y nietos sirvieron a Dios. Si rindes cuenta y te sujetas, las personas que lideras harán lo mismo; si amas a Dios, aquellos a quienes lideras también lo harán. ¡Sé un buen ejemplo, enamórate de Dios! ¡Sé portador de su presencia!

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