869. Cómo cancelar una maldición espiritual

Pr. José Luis Cinalli

CÓMO CANCELAR UNA MALDICIÓN ESPIRITUAL

El propósito del ladrón es robar y matar y destruir…”, Juan 10:10 (NTV). “Si alguien quiere robarlo que un hombre fuerte tiene en su casa, primero tiene que atar a ese hombre, y después podrá robarle todo”, Mateo 12:29 (TLA).

El ladrón es el diablo y su intención es robarnos y arruinarnos. ¿Cómo hace el diablo para destruir un ministerio o una iglesia? Ata al ‘hombre fuerte’ y saquea todo lo hay en ella. El ‘hombre fuerte’ en una iglesia es el pastor y son sus líderes. Son ellos los que tienen la autoridad delegada por Dios para cuidarla: Cuiden ustedes de las personas que Dios dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a Dios.Cuídenlas, como cuida el pastor a sus ovejas…”, 1ª Pedro 5:2 (BLS). “Ustedes deben… cuidar a los miembros de la iglesia de Dios. Recuerden que el Espíritu Santo los puso como líderes de la iglesia,para que cuiden a todos los que Dios salvó por medio de la sangre de su propio Hijo”, Hechos 20:28 (TLA).

El principio del ‘hombre fuerte’ funciona en la familia y también en la iglesia. Como ya explicamos la palabra “casa” en Mateo 12:29 es “oikos” que significa familia. La Biblia dice que la iglesia es la familia de Dios: “…Ustedes… son… miembros de la familia de Dios”, Efesios 2:19 (NVI).Los líderes son el ‘hombre fuerte’ de esa familia. Sin el ‘permiso’ de ellos el diablo no puede arremeter contra la iglesia. ¡Solo a través de la desobediencia de sus líderes la iglesia queda expuesta a la acción satánica!

Lo que los líderes de una iglesia hacen afecta directamente a la gente que pastorean. Vez pasada vino a verme una mujer de mediana edad. Se presentó y dijo ser la esposa de un reconocido pastor en su ciudad y que estaba teniendo problemas de infidelidad. Yo le dije: “hermana, puedo ayudarla en parte ya que no tengo autoridad espiritual sobre ustedes”. Y fue allí que pregunté acerca de la cobertura espiritual que ellos tenían. Mi sorpresa fue muy grande cuando supe que pertenecían a una iglesia cuyo pastor principal estaba con serios problemas matrimoniales, incluido, por supuesto, el adulterio. Nuestra incredulidad nos lleva a pensar que no hay relación entre una cosa y la otra, pero sí que la hay. El diablo tuvo éxito en atar al ‘hombre fuerte’ en el área de la sexualidad y éste le ha dado autoridad al diablo para que haga lo mismo con los que integran su familia. ¡Ojo! Esto no significa que los miembros pagarán por el pecado del pastor, pero sí que su pecado los salpica afectándolos negativamente. El pastor abrió una puerta espiritual de maldición para toda su congregación y para todas las personas que están bajo su autoridad.    

Si comprendiéramos el principio de la autoridad espiritual entenderíamos por qué el blanco del infierno siempre ha sido y serán los líderes. El diablo sabe perfectamente que desplazar a un líder de su autoridad lo pone de cara a una masacre espiritual. Él sabe que para tener éxito en destruir la vida espiritual de una iglesia es necesario tratar con la autoridad delegada por Dios. Solo cuando él ata al líder tiene la puerta abierta para hacer el desastre que quiera.

A quién seguimos es una decisión muy seria. Seguir a un líder equivocado te destruirá. Tu futuro está seriamente comprometido cuando te colocas bajo la autoridad de un líder en pecado. La Biblia está repleta de ejemplos que demuestran que si la persona a seguir no está bien delante de Dios, es una influencia negativa en nuestro futuro con el Señor. ¡A quién seguimos es nuestra responsabilidad! No es cierto que solo se juzgue responsable por el pecado al líder que lo comete. Si bien es cierto que nadie lleva el pecado de otra persona ese pecado influye negativamente en quienes participan de él. 

Cuando Coré se rebeló contra la autoridad de Moisés no lo hizo solo, sino que 250 líderes lo siguieron y fueron destruidos de la misma manera: “…La tierra se abrió debajo de ellos… y se los tragó, a ellos y a sus familias… Bajaron vivos al sepulcro… fueron eliminados de la comunidad… Y los doscientos cincuenta hombres… fueron consumidos por el fuego del SEÑOR”, Números 16:31-35 (NVI). ¡Coré y todos sus seguidores compartieron el mismo destino de muerte!

Consideremos la historia de Satanás. A él se le había dado autoridad en el cielo, pero un día se rebeló contra Dios. La Biblia nos muestra claramente que quienes le siguieron en su pecado compartieron el mismo destino. “… Apártense de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles’, Mateo 25:41 (NVI). El infierno fue preparado para el diablo y sus seguidores, no para el hombre. Sin embargo, si una persona sigue al diablo y se opone al Señor, tal persona tendrá su parte en el lago de fuego junto con el diablo y los ángeles caídos.

Comparemos estos ejemplos negativos con aquellas personas que siguieron fielmente a Dios. David fue un hombre conforme al corazón de Dios, apasionado por su presencia y obediente a su palabra. No solo él se benefició por su lealtad sino que la nación entera vivió su época dorada. La obediencia de un solo hombre hizo que la presencia de Dios llegara con todo su esplendor e Israel viviera la mejor temporada de todos los tiempos.

¿Cuál es la peor puerta de maldición que le abre un líder en pecado a su congregación? El alejamiento de Dios. “… El SEÑOR me dijo… ¿has visto lo que los líderes de Israel hacen… en los rincones oscuros? Dicen: “¡El SEÑOR no nos ve…!’”, Ezequiel 8:12 (NTV). “… ¿Ves lo que hacen? ¿Ves los pecados detestables que cometen… para sacarme de mi templo?…”, Ezequiel 8:6 (NTV). “La gloria del Señor se elevó y salió de la ciudad…”, Ezequiel 11:23 (PDT). La gloria del Señor se alejó del templo primero y de la ciudad después. No existe peor cosa que ver a Dios emprender la retirada a consecuencia de la rebeldía del hombre. El libro de Ezequiel muestra claramente que Dios puede ser echado de un lugar, incluso, de su propio templo.

Debido a los pecados de los líderes primero, y de todo el pueblo después, la gloria de Dios se marchó. El templo ya no era el lugar apto para la presencia de Dios, tampoco la nación. Cuando los líderes se alejan de Dios, Dios se aleja de ellos: “El SEÑOR estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él dejará que ustedes lo hallen; pero si lo abandonan, él los abandonará”, 2º Crónicas 15:2 (NVI). Lo que hacen los líderes atrae o repele la presencia de Dios. No hay puntos muertos. Con mucho temor deberíamos dejar que el Espíritu Santo nos examine para saber si lo que estamos haciendo le agrada o lo ofende.

Un llamado especial para aquellos que lideran. La autoridad que tiene el pastor y los líderes no es propia. Es autoridad delegada. La iglesia es del Señor y sus líderes son simplemente administradores que rinden cuentas, Hebreos 13:17. Deberían con total humildad reconocer que no son más que nadie, sino más responsables por la autoridad y la confianza que Dios depositó en ellos. Entonces, ¡sean dignos de esa confianza!

Los líderes deberían ser para la gente lo que el eunuco personal del rey fue para Ester. Háblale a la novia de lo que al rey le agrada. Enséñale que la adoración es la forma de comportarse delante de su presencia. Enséñales que Dios no hace acepción de personas, pero que está dispuesto a hacer cosas por algunos que no haría por otros y todo depende de la honra que se le dé.

Hay algo más que hacía el eunuco personal del rey. Estaba puesto para cuidar de las esposas del rey, no para aprovecharse de ellas. No podemos aprovecharnos o beneficiarnos de la iglesia del Señor. Nos aprovechamos cuando vivimos de la admiración que nos brinda. Nos beneficiamos cuando somos adictos a su atención. Queremos que nos aplaudan y nos recuerden. Si tú compites con Dios por la atención de la novia pierdes su confianza. No busques nada de la novia, todo lo que necesitas lo obtienes de Dios. No permitas que la novia ponga demasiado tiempo sus ojos en ti. Desvía la atención de la iglesia hacia Cristo. Que Dios nos purifique de toda intención oculta que nos lleve a competir con Dios por la atención de su amada novia.

El líder no debe maldecir al pueblo de Dios. Un día Balaam quiso hacerlo y Dios se enojó mucho con él. Una inmensa cantidad de líderes hablan descuidadamente e incluso maldicen a quienes Dios ha puesto bajo su cuidado. Eso no debe ser así, nunca se debe usar la autoridad delegada por Dios para maldecir al pueblo de Dios. Es posible que te haya sucedido, quizás recuerdas en este preciso momento una maldición que han soltado sobre ti, quizás abrieron una puerta de iniquidad para que el infierno opere contra tu vida o la de tu familia. Si alguien por ignorancia o con un corazón oscuro activó maldiciones ahora mismo las cancelaremos en el nombre de Jesucristo el Señor.

Oración para cancelar toda maldición que se haya activado como consecuencia de la desobediencia de líderes espirituales: “Señor. Te ruego que perdones los pecados de aquellos que fueron autoridad sobre mi vida. Cierro toda puerta espiritual que le hayan abierto al diablo por medio de la transgresión. Declaro que toda maldición activada en mi contra o de mi familia queda cancelada por el poder y la autoridad de Jesucristo el Señor. Ordeno a todo espíritu asignado mediante pecados generacionales la anulación de cualquier misión contra mi vida, familia, trabajo o ministerio. Aborto todo espíritu de muerte, traición, pobreza, miseria o confusión que se haya desatado. Toda palabra, declaración, decreto o confesión negativa que se soltó sobre mi vida o la de mi familia se cancela y nunca prevalecerá. Soy bendito, por lo tanto, cualquier maldición no tiene poder. Satanás no puede maldecir a quienes Dios ha bendecido; y la bendición de Dios sobre mi vida está más firme que nunca. Estoy bajo cobertura divina. Mi destino no se revoca. La revelación, sanidad, salvación, finanzas y recursos que se hayan bloqueado a causa del pecado de los líderes espirituales son desatados sobre mí ahora. Se transfiere bendición y no maldición. No tendré temor de represalias. Rompo con toda atadura espiritual de maldad, todo pacto de oscuridad y me sujeto a la autoridad divina. Renuncio a cualquier manipulación espiritual. Me conecto con gente de tu presencia. Camino con personas de unción divina. Me asocio con aquellos que aman, respetan, honran y obedecen a Dios. Un manto de bendición se extiende sobre mí en este momento. Soy liberado para alcanzar mi destino en Dios. Soy hijo, soy amado y soy bendecido. Todo esto lo declaro en el nombre de Jesucristo mi Señor. Amén”.

Yo, como autoridad delegada de Dios, tomando las palabras de bendición sacerdotal declaro, profetizo y decreto en el nombre de Jesucristo nuestro Señor que en el pueblo santo de Dios se activan estas promesas: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz”, Números 6:24-26. Números 6:27 dice:“Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré”. En este momento yo proclamo el nombre de Jehová sobre su pueblo y Él los bendecirá. Él es el dueño de su obra y tiene el poder. Él los bendecirá”. 

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