Qué puedes lograr por la fe en el nombre de Jesús

“No tengo plata ni oro —declaró Pedro—, pero lo que ten-go te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!”, Hechos 3:6 (NVI).

Puedes crear tu futuro si haces proclamas de fe sobre él. No puedes esperar victoria si profetizas derrota; no puedes esperar abundancia si hablas pobreza. No puedes obtener un milagro si no ejerces la fe en tu vocabulario. ¡Lo que dices recibes!
Jesús nos enseñó acerca del poder de lo que se dice en la parábola de la higuera. “Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti…”, Marcos 11:14. También utilizó declaraciones de poder para sanar y lidiar con el mundo demoníaco. A un demonio le dijo: “Cállate y sal de él”, Marcos 1:25. A un leproso le expresó: “Quiero, sé limpio”, Marcos 1:41. Al hombre que fue traído por sus amigos le ordenó: “Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”, Marcos 2:11 (RVC). Al hombre que tenía seca una mano Jesús le mandó: “Extiende tu mano”, Marcos 3:5. Al viento: “Calla, enmudece”, Marcos 4:39. A la niña muerta le dijo: “Talita cumi, que traducido es: Niña a ti te digo, levántate”, Marcos 5:41. ¿Lo ves? Jesús empleaba el poder de la declaración para hacer milagros. Los apóstoles siguieron su ejemplo. Pedro dijo: “En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!”, Hechos 3.6 (NVI).
Proclama con fe cosas buenas sobre tu futuro y luego colócate en posición de recibirlas. Así funciona la fe. “¿QUÉ ES FE? Fe es la plena certeza de que lo que esperamos ha de llegar. Es el convencimiento absoluto de que hemos de alcanzar lo que ni siquiera vislumbramos”, Hebreos 11:1 (NT BAD).
Si crees que Dios estará en tu futuro y que Él es poderoso para bendecirte podrías declarar: “Mi futuro será brillante, pagaré mis deudas, sanearé mi economía, formaré una buena familia y avanzaré en mi negocio”. No es mero positivismo, son declaraciones poderosas de una fe viva. Recuerda que la Biblia nos alerta que podríamos quedar enlazados con los dichos de nuestra boca, Proverbios 6:2.
“Asegúrate de que las palabras que estás enviando vayan en la dirección en que tú quieres que vaya tu vida. Puede que te encuentres en un momento difícil ahora. Pero ten cuidado, no utilices tus palabras para describir la situación. Utiliza tus palabras para cambiar la situación. No hables sobre el problema. Habla sobre la solución. La Escritura dice: “Diga el débil fuerte soy”, Joel 3:10. Fíjate que no recomienda: “Que el débil hable sobre su debilidad o que llame a cinco amigos y todos se quejen de su debilidad”. ¡No! Dice que el débil diga exactamente lo contrario de cómo se siente. En otras palabras, no hables sobre cómo estás; habla sobre cómo quieres estar. Declara tu victoria cada día, declara salud en cada jornada, declara favor, declara abundancia”.16
No le des vida a los pensamientos negativos. No cometas el error de alinearte con el diablo declarando palabras que maldecirán tu futuro. Quizás hayas atravesado una traición o un desengaño. Quizás una relación no funcionó o no pudiste lograr las metas en tu trabajo. No te quejes diciendo: “Lo sabía, yo nunca hago algo bueno”. Tu declaración debería ser: “Que no lo haya logrado todavía no significa que no lo lograré. Con la ayuda de Dios saldré adelante, pagaré mis cuentas, conoceré a la persona de mi vida, cumpliré mis sueños”.
Hay una consideración más en el milagro del paralítico. Pedro dijo: En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!”, Hechos 3:16 (NVI). La fe en el nombre de Jesús provoca efectos sobrenaturales. Así como las palabras tienen poder, existe un nombre que al invocarlo mediante la fe produce resultados extraordinarios. ¿Qué puedes lograr mediante la fe en el nombre de Jesús?:
1. La salvación.
“Y todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo”, Hechos 2:21. “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”, Hechos 4:12.
“Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”, Romanos 10:13.
“Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”, Juan 1:12. El nombre de Jesús es el único nombre al que el Padre presta atención.
2. La sanidad de tu cuerpo.
 “Por la fe en el nombre de Jesús, este hombre fue sanado… La fe en el nombre de Jesús lo ha sanado delante de sus propios ojos”, Hechos 3:16 (NTV). “Déjenme decirles claramente tanto a ustedes como a todo el pueblo de Israel que fue sanado por el poderoso nombre de Jesucristo de Nazaret…”, Hechos 4:10 (NTV).
3. La victoria sobre las fuerzas de Satanás.
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”, Filipenses 2:9-11. Todos los que están en el cielo, en la tierra y en el infierno doblarán sus rodillas ante Jesús. Los ángeles, hombres y demonios se postrarán delante del Señor. Marcos 16:17-18 dice: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. El poder para vencer al enemigo está en el nombre de Jesús. ¡Y tú cuentas con ese poder!
4. El acceso al Padre por medio de la oración.
“Y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo piden en mi nombre, yo lo haré”, Juan 14:13-14 (RVC).
“…  Para que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, él os lo dé”, Juan 15:16 (RVC).
“…Les aseguro que el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Hasta ahora, ustedes no han pedido nada en mi nombre; pidan y recibirán, para que su alegría sea completa”, Juan 16:23-24 (DHH).
Un poder legal es un documento escrito que autoriza a cierta persona para actuar en nombre de otra. Si alguien te ha conferido un poder ilimitado, puedes firmar y cobrar sus cheques, vender, comprar y hacer cualquier cosa que desees en su nombre. ¡Eso es lo que hizo Jesús! ¡Nos autorizó a obrar en su nombre! ¡Nos otorgó ese poder! Poseemos un documento escrito, la Biblia, por medio del cual Jesús dice: “… Les aseguro que el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre”, Juan 16:23. Si somos hijos de Dios estamos en pleno derecho de proclamar el nombre de Jesús.
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